¿Qué es el régimen “minimis” y cómo afecta al mercado mexicano?
El régimen “minimis” es una figura arancelaria que exime a envíos de bajo valor de pagar impuestos de importación y aranceles. En México, este umbral estba fijado en 50 dólares para mercancías provenientes de países sin tratado comercial, y en 117 dólares para envíos procedentes de Estados Unidos o Canadá bajo el T-MEC. Este esquema facilitaba el ingreso de paquetes pequeños, promoviendo compras internacionales directas al consumidor sin los costos de una importación convencional.
Sin embargo, en la práctica este mecanismo ha generado distorsiones significativas. Al permitir la entrada libre de impuestos de diversos productos (ropa, juguetes, artículos de hogar, electrónica, etc.), se han visto inundados segmentos del mercado con artículos de bajo costo. Organismos empresariales y autoridades advierten que tal uso excesivo del minimis genera pérdidas en la recaudación fiscal (por la exención tributaria) y una competencia desleal frente a productores y minoristas nacionales que sí asumen sus aranceles e IVA correspondientes, además de no cumplir con las debidas normas y regulaciones del mercado mexicano. En muchas cadenas de suministro internacionales, las empresas fraccionan envíos para adecuarse a este límite (“splitting”), aprovechando que un pedido divido en varios paquetes pequeños puede entrar exento, lo cual distorsiona el comercio formal.
Adicionalmente, el esquema minimis ha generado cuestionamientos regulatorios: los paquetes de bajo valor suelen quedar exentos de inspecciones sanitarias o certificaciones (NOM) que aplican a importaciones formales. Esto significa que algunos bienes podrían llegar al consumidor sin cumplir normas de etiquetado, salud o seguridad, lo que preocupa a sectores productivos y autoridades. En conjunto, la vigencia amplia del régimen minimis había promovido un comercio digital transfronterizo ágil para el consumidor, pero al costo de alterar las reglas del juego competitivo y reducir recursos fiscales esperados.
Competencia desleal de plataformas digitales internacionales
Las plataformas globales de comercio electrónico (ventas por internet) han sido identificadas como principales beneficiarias del régimen minimis. Empresas extranjeras de venta en línea han logrado ofrecer precios muy bajos al consumidor mexicano porque, mediante prácticas irregulares, evaden impuestos. Entre estas prácticas destacan la subdeclaración de valor (reportar un precio menor al real en documentos aduaneros) y el fraccionamiento de pedidos (dividir un mismo envío en paquetes pequeños para caer debajo del umbral de los 50 USD). La autoridad aduanera mexicana considera que estos actos (comunes en algunos portales de origen asiático) equivalen a manipulación indebida de las operaciones de comercio exterior.
Esta situación impacta directamente a los comerciantes formales nacionales. Al compararse con importaciones prácticas en las que no se pagan aranceles ni IVA, los proveedores que operan con pedimentos y registros contables completos enfrentan un aumento artificial de costos. La consecuencia es una competencia desigual: los productos importados pueden colocarse en el mercado a precios más bajos, obligando a las empresas mexicanas a reducir márgenes o a perder ventas. Además, las autoridades han alertado que las importaciones no documentadas o mal declaradas pueden incluir mercancías que no cumplen normativas oficiales (por ejemplo, artículos sin certificación o con riesgos sanitarios).
Para combatir esta competencia desleal, en 2024 el gobierno modificó las reglas de comercio exterior. La nueva normativa define explícitamente como “práctica indebida” el hecho de fraccionar pedidos para evadir impuestos. En la práctica, esto deja claro que las plataformas y compañías de paquetería que manipulen envíos –dividiendo un paquete mayor en múltiples envíos por debajo de 50 USD, o asignando valores falsos– incurren en infracciones graves que pueden acarrear decomisos de mercancía, multas y sanciones penales. De este modo, el intento de nivelar la competencia busca que los actores internacionales no obtengan ventajas a costa de incumplir el marco legal aduanero nacional.
Reformas arancelarias y fiscales para nivelar el campo de juego
Para corregir las distorsiones anteriores, las autoridades mexicanas han implementado reformas conjuntas en materia arancelaria y fiscal. En junio de 2024 se publicó una primera modificación al Anexo 5 de las Reglas Generales de Comercio Exterior (RGCE), que fortalece la fiscalización sobre el comercio electrónico transfronterizo. Esta reforma prohíbe expresamente la segmentación de envíos con el fin de aprovechar el régimen minimis. Es decir, cualquier intento de enviar mercancía en paquetes múltiples para eludir el cobro de IGI (Impuesto General de Importación) e IVA será considerado un fraude aduanero.
En el ámbito fiscal, la reforma más importante fue la publicación de la Resolución Miscelánea Fiscal 2025, que entró en vigor el 1 de enero de 2025. En este documento se establecen nuevas tarifas impositivas para importaciones de bajo valor. Básicamente, la gran mayoría de los pequeños envíos comenzarán a pagar impuestos. Bajo las reglas recientes: los paquetes procedentes de países con tratados comerciales pagarán una tasa única del 19% si superan ciertos montos (por ejemplo, mayor a 50 USD, con excepción de los envíos del T-MEC entre 50 y 117 USD, que pagan 17% cuando aplican). Por su parte, cualquier importación desde países sin acuerdo comercial vigente pagará 19% de arancel e IVA independientemente del monto. En la práctica, esto elimina casi por completo la exención tributaria del minimis: solo quedarían exentos los envíos muy pequeños, típicamente de uso personal y sin regulaciones especiales.
Estas reformas implican que, a partir de 2025, casi todos los envíos internacionales estarán sujetos a impuestos de entrada. Adicionalmente, se incrementaron los controles documentales y de datos para quienes operan envíos internacionales. Por ejemplo, las empresas de mensajería ahora deben recopilar información exhaustiva del consignatario (nombre, RFC, domicilio) y están obligadas a inscribirse ante el SAT si facilitan ventas por internet. De esta forma, los intermediarios en la cadena de suministro (plataformas, paqueterías y agentes aduanales) deben actuar como responsables solidarios del pago de contribuciones cuando colaboran en importaciones irregulares. Estas medidas buscan tanto simplificar el cumplimiento para los importadores genuinos como aumentar la recaudación, reduciendo la elusión y el contrabando en el comercio electrónico internacional.
Obligaciones actuales de los importadores formales
En este escenario, los importadores que operan de manera formal enfrentan un nuevo conjunto de obligaciones claras. En primer lugar, toda persona física o moral que importe mercancías debe estar inscrita en el Padrón de Importadores (o exportadores según corresponda) del SAT. Esto asegura que cuenten con RFC activo y compromiso fiscal. Al ingresar un envío al país, el importador debe presentar un pedimento electrónico detallado, acompañado de la factura comercial real y demás documentos probatorios. En el pedimento se declara el valor comercial, la fracción arancelaria correspondiente según la Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y las medidas de regulación y restricción aplicables (por ejemplo, NOM, cupos, permisos).
El importador formal está obligado a pagar el Impuesto General de Importación (IGI) y el IVA aduanero correspondientes a sus mercancías. Solo quedan exentas las franquicias personales de hasta 50 USD que no estén sujetas a regulaciones especiales. En cambio, cualquier envío cuyo valor rebase ese umbral ya no puede acogerse a la franquicia minimis y deberá pagar derechos aduaneros. Por ejemplo, una compra por Internet de 100 USD no podrá beneficiarse de la exención mínima, por lo que el importador legal deberá pagar el arancel e IVA ordinario sobre esa mercancía.
Además, los importadores deben asegurarse de cumplir con todas las normas oficiales aplicables a sus productos. Las Regulaciones y Restricciones No Arancelarias (RRNA) obligan al cumplimento de estándares de seguridad, etiquetado sanitario, certificaciones oficiales, etc. Incluso un envío por debajo de 50 USD perdería la exención si incluye bienes sujetos a regulaciones especiales. Por tanto, es responsabilidad del importador verificar que su mercancía tenga los permisos correspondientes (SAGARPA, COFEPRIS, PROFEPA, etc.) antes de la importación.
En la operativa diaria, esto implica llevar registros contables y documentales precisos de cada operación. El importador debe conservar facturas, pedimentos, guías de embarque y demás archivos que sustenten las declaraciones fiscales, ya que la autoridad puede requerirlos en auditorías. Asimismo, debe cumplir con las disposiciones de comercio electrónico (como facturación electrónica y devoluciones de IVA a extranjeros cuando proceda). En resumen, la nueva coyuntura exige a los importadores formales operar con estricto apego a la normativa aduanera y fiscal vigente, evitando cualquier práctica que pueda interpretarse como evasión (p.ej. subvalorar mercancías o alterar documentación).
Recomendaciones estratégicas para el nuevo entorno regulatorio
Las empresas del sector retail e importadores formales deben adaptar su estrategia comercial y logística al nuevo marco. A continuación, algunas recomendaciones clave para operar con éxito:
• Fortalecer el cumplimiento interno: Implementar protocolos rigurosos de verificación documental y valoraciones. Esto incluye sistemas automatizados (ERP) que aseguren el registro correcto de facturas, clasificación arancelaria precisa y cálculo del IGI/IVA. Capacitar al personal de logística y aduanas en las últimas reglas evita errores al preparar los pedimentos.
• Consolidar y planificar los envíos: Siempre que sea posible, agrupar mercancías de un mismo proveedor para optimizar costos aduaneros. Un volumen mayor puede justificar la entrada formal, con ventajas de manejo (cambios de régimen, decomisos) frente a flotas de envíos subvaluados. Evitar dividir voluntariamente envíos con fines fiscales, ya que esto puede constituir práctica indebida.
• Mantener relaciones sólidas con aliados logísticos: Trabajar con agentes aduanales, navieras y paqueterías confiables que ofrezcan transparencia en el proceso de importación. Un socio logístico profesional ayuda a gestionar permisos de importación (sanitarios, ambientales, etc.) y a cumplir con regulaciones no arancelarias, reduciendo retrasos y multas.
• Invertir en trazabilidad y tecnología: Adoptar herramientas de seguimiento que integren la ruta completa de los productos. Por ejemplo, usar plataformas digitales para monitorear en tiempo real embarques, inventarios y alertas de cumplimiento. Tecnologías emergentes como el blockchain pueden garantizar la integridad de la información documental de importación, evitando alteraciones indebidas.
• Revisar estrategia de precios y proveedores: Dado el incremento en costos fiscales, es importante reestructurar precios de venta o acuerdos comerciales. Negociar con proveedores internacionales la posible asunción de parte de los aranceles o el ajuste de precios. Evaluar también alternativas de producción o abastecimiento local para componentes clave, aprovechando la cercanía geográfica y evitando impuestos de importación.
• Cumplir con normativas de comercio electrónico: Si se vende en línea, es fundamental integrar el cumplimiento fiscal en la plataforma. Esto significa informar al cliente sobre impuestos de importación, plazos de entrega reales y políticas de garantías. Asimismo, si se utilizan marketplaces digitales, verificar que estos retengan los impuestos correspondientes (IVA) según la ley vigente.
• Vigilar tendencias normativas: Estar atentos a nuevos ajustes regulatorios (tarifas, reglas de origen, acuerdos internacionales). Participar en cámaras y asociaciones de comercio exterior puede ayudar a adelantarse a cambios y a influir en la legislación mediante propuestas.
Al implementar estas medidas, las empresas reducen riesgos de multas y decomisos, y aseguran un flujo más eficiente de mercancías. En el largo plazo, operar bajo el pleno cumplimiento de las normas fortalecidas por las reformas generará confianza en los socios comerciales y mejorará la reputación corporativa ante clientes y autoridades.
Telescope Inspection: socio clave en cumplimiento, trazabilidad e innovación
En el nuevo contexto, contar con soluciones especializadas de monitoreo y cumplimiento resulta esencial. Telescope Inspection se presenta como un aliado estratégico para importadores y retailers que requieren garantizar el cumplimiento aduanero desde el origen hasta destino. Su servicio de Inspección en Origen (Previo en Origen) consiste en verificar físicamente la carga en las bodegas del proveedor extranjero antes del embarque. Esto permite confirmar que las mercancías cumplen totalmente con las leyes y regulaciones aduaneras mexicanas (clasificación arancelaria, requisitos de etiquetado, cantidad y calidad solicitada). Al garantizar la conformidad desde el primer momento, se reducen los riesgos de rechazos o demoras en aduana, optimizando el tiempo de importación.
Además, Telescope Inspection incorpora una plataforma digital avanzada –el Sistema Efficax– basada en tecnología blockchain e inteligencia artificial. Este sistema registra cada paso del ciclo logístico (inspección, carga de contenedor, transporte, entrega final) en un libro de datos inmutable, accesible en línea desde cualquier dispositivo. Gracias al blockchain, la integridad y seguridad de la información están garantizadas: los usuarios pueden consultar reportes y evidencias (fotografías, documentos) en tiempo real. De esta forma, se asegura la trazabilidad completa de los envíos, lo cual resulta clave ante la vigilancia aduanera actual.
Telescope también promueve la transformación digital de la cadena de suministro. Sus herramientas integran la gestión de inventarios, transportes y documentación en un solo flujo optimizado. Por ejemplo, al utilizar su plataforma el cliente recibe notificaciones de cualquier incumplimiento normativo detectado, y puede descargar reportes detallados que facilitan la presentación de pedimentos. En conjunto, estas capacidades tecnológicas aportan mayor eficiencia, transparencia e innovación en la operación logística.
Como resultado, las empresas que colaboran con Telescope Inspection obtienen un socio integral que va más allá de la simple inspección física: provee servicios de cumplimiento regulatorio, trazabilidad, analisis de riesgos operativos y transparencia desde origen que ayudan a anticipar riesgos. Esto permite a los ejecutivos del sector retail concentrarse en su negocio principal, sabiendo que su cadena de suministro cumple con las normas vigentes y cuenta con respaldos sñolidos y evidencias plena. La combinación de experiencia y soluciones tecnológicas convierte a Telescope Inspection en un aliado valioso para navegar el nuevo entorno regulatorio con confianza.
Beneficios del comercio exterior formal y perspectivas a futuro
La adaptación del marco normativo mexicano al abuso del régimen minimis redefine de forma positiva el entorno competitivo del comercio exterior. Al eliminar exenciones masivas y sancionar las malas prácticas, se nivela el terreno de juego para las empresas formales. A corto plazo, esto implica que los minoristas y productores nacionales podrán competir en base a eficiencia, calidad e innovación –en lugar de ser desplazados por precios artificialmente bajos–. A su vez, las arcas públicas recuperarán parte de los recursos dejados de percibir, lo que fortalece la recaudación fiscal sin aumentar las tasas impositivas generales.
Para el sector retail, operar bajo un comercio exterior más transparente ofrece beneficios claves: mayor seguridad jurídica en la cadena de suministro, reducción de prácticas informales y diferenciación positiva ante consumidores cada vez más atentos a la calidad y legalidad de los productos. En el mediano plazo, se espera que continúe la digitalización de los procesos aduaneros (como la factura electrónica integral para importación, e-Pedimento universal) y la sofisticación de mecanismos de control (inteligencia artificial en selección de carga, blockchain para certificados, etc.). Estas tendencias impulsan una cadena logística más resiliente y trazable.
Finalmente, las perspectivas futuras apuntan a un México con comercio exterior formal más sólido y competitivo. La alineación con las mejores prácticas internacionales y la creciente inversión en tecnologías regulatorias significan que el país avanzará hacia procesos aduaneros más ágiles y seguros. Para las empresas de retail, esto se traduce en oportunidades de crecimiento en mercados globales, fortalecimiento de la marca y mayor confianza por parte de sus clientes. En conjunto, la entrada en vigor de estos cambios reglamentarios allana el camino para un comercio exterior más equitativo y moderno, en beneficio de la economía mexicana y de los actores responsables del mercado.